sábado, 6 de septiembre de 2008

Tener tacto es tener corazón

El tacto pedagógico se manifiesta como una orientación consiente en cuanto a la forma de ser y actor de los niños. Existen varias maneras de describir como se manifiesta el tacto en nuestra forma pedagógica de ser y de actuar. El tacto incluye la sensibilidad de saber cuando dejar, pasar algo, cuando evitar hablar y cuando no intervenir o cuando hacer como que no nos damos cuenta de algo.
El tacto es el hecho de comprender cuando hay que dejar pasar las cosas, cuando hay que contenerse y esperar.
Son padres con tacto los padres que no quieren cerrarse a la posibilidad de entender la experiencia de su hijo. Estar abierto a la experiencia del niño significa que hay que evitar tratar las situaciones de una manera estándar y convencional, que uno tiene que tratar de ver más allá de las perspectivas que tiene el adulto respecto a las experiencias del niño.
El tacto pedagógico trata de ayudar a los estudiantes a desarrollar un interés intrínseco en todos los aspectos de la lengua o las matemáticas, debería ser receptivo a la experiencia subjetiva del propio aprendizaje del alumno. Siempre hay formas de tocar a alumnos que pueden haber dado por perdidos.
Un profesor que actúa con tacto ha aprendido a confiar en si mismo y sabe comunicar su seguridad a los alumnos. Los profesores tienen que actuar constantemente con mucho tacto pedagógico.
El tacto pedagógico es una forma de actuar en la educación, se refiere a la forma en la que los educadores deben actuar en las relaciones de enseñanza-aprendizaje.
Si se actúa con criterio pedagógico se influye sobre el estudiante , pero si esta influencia se hace con tacto entonces no será autoritaria. El tacto pedagógico también está gobernado por sensibilidades normativas.
El tacto pedagógico permite lo siguiente: preservar un espacio para el niño, evitar que se le haga daño.
El tacto significa retirarse cando sea posible, pero mantenerse disponible para cuando las situaciones se vuelvan problemáticas.
El tacto trata de evitar que las cosas se rompan, e intenta recomponer lo que se ha roto.
El tacto tiene que tratar los aspectos objetivos y subjetivos de la experiencia del niño.
El tacto pedagógico sabe como discernir y evaluar la singularidad.
El tacto consigue lo que consigue ejercitando una cierta sensibilidad perceptiva, solo puede funcionar cuando los ojos y los oídos del pedagogo buscan de una forma afectiva y receptiva el potencial del niño. Un profesor que tenga tacto sabe la sutil eficacia de la menor inflexión del tono de voz para transmitir una sensación de lamento, enfado, advertencia, etc.
El estudio del tacto nos permite concentrarnos en algunos elementos, el elemento animador de la pedagogía, el elemento de la persona del profesor y el elemento de consistencia omnipresente en todas las clases.
El tacto proporciona una forma nueva e inesperada a las situaciones imprevistas.
El tacto le permite a uno discernir el elemento significativo de un momento pedagógico.

En general todo me gustó de la lectura ya que habla de muchas cosas que a veces los profesores no tomamos en cuanta porque creemos que n son importantes, me llamó mucho la atención la forma en que los niños pueden reaccionar al sentirse apoyados por sus maestros, tu tienes la fuerza de cambiar todo lo negativo en una persona con tan solo una mirada o un consejo.
Aprendí mucho al leer la lectura ya que pude percatarme de que la cosa mas importantes al trabajar como docente es tener comprensión hacia los niños aunque los demás lo den como caso perdido tu puedes ayudarlo a salir adelante y a corregir sus errores.
Lo pedo aplicar en mi práctica como docente entendiendo y comprendiendo a mis alumnos porque a veces juzgas a la gente sin saber su vida o porque se comportan así, ahora me siento obligada a tratar mas a fondo a mis alumnos para poder ayudarlos a mejorar su vida.

VAN MANEN, Max (1991): El tacto en la enseñanza. El significado de la sensibilidad pedagógica. Barcelona. Ed. Paidós, 1998.

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